.
En la frontera delgadísima entre la vigilia y el sueño, cuando la flor negra de la noche abre e inunda con su aroma la piel.

Desciende, Musa de angelical génesis, susurra en mi oído:

Mis caderas, dulce mar de agua tuya.
.

¶ 12:52

 Anónimo con precisión...
En mis caderas más de un marinero se enredó con las algas y aún sigue prendido  

 Pietro con precisión...
Listo para navegar en ese mar de profundos secretos.

Bien hermano.

Salú  

 Anónimo con precisión...
que padre blog!!!!!...
lunaaaaa.blogia.com  

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