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Chuao, Caracas, VenezuelaAhora, de pronto sentí ser un ángel.
Allá abajo los autos corren y se detienen, los de la autopista con sus ojos brillantes se desplazan veloces, por el contrario, en la cuadrícula inferior, se va más lento y en color rojo. La atmósfera me recuerda que no estás, y el piso 10, otrora glamoroso, resulta frívolo y solitario.
Vi rodar la noche desde las colinas, esas verdes luminosas que no pueden tragarse las casitas, pegadas como sanguijuelas. Verde que se queda en la memoria cuando el negro se acuesta sobre Caracas y comienza su plácido sueño.
Qué desgracia estar en las alturas! Lejos del calor del pavimento y de la gente que se abraza. Los novios se miran y se besan y se tocan. Los predicadores gritan y cantan y se convulsionan en la Plaza Bolívar. Los asaltantes dan el golpe y se quedan con el dinero de los desafortunados.
Caer... Sueño, con los ojos abiertos, librarme de estas repentinas alas.
(Tomado de Cronos)..