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El mar tiene una voluntad inquebrantable.
Son los meteoros quienes van y vienen víctimas de su destino.
Y los hombres dudan y se pierden en su vaso de agua, ni pensar en que puedan enfrentarse a la masa azul.
Porque el mar, es invencible.
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con precisión...
Quizás por esa razón, cuando me siento frente almar, sobre los acantilados, recupero parte de la confianza y la fe en mi mismo...
Saludos